lunes, 29 de junio de 2009

AL RÍO


Hoy se celebra San Pedro y San Pablo. En nuestra infancia de pantalón y pelo bien cortos (cuando te vea por ahí, te contaré cuántos pantalones cortos sacaban unas hermanas que conocí bien de un pantalón largo de un adulto de talla holgada), se trataba día de un día fiesta en el que nuestros padres, que no creo que disfrutaran entonces de la bondad de los puentes que ahora fomentan el consumo y la recaudación de impuestos indirectos, disponían de una de esas jornadas de descanso en las que nuestras madres, mayormente dedicadas a las tareas del hogar, madrugaban para terminar de preparar almuerzos, comida y meriendas, y muchas familias de la ciudad de Teruel se volvían a reunir en la Vega tras el obligado paréntesis de un invierno largo que era por lo general frío dentro y fuera de casa (por eso se pasaba entonces tanto rato en la calle y las fachadas del Óvalo, todavía calientes por el resol del invierno eran visita obligada).

La Vega así, con mayúscula, es nombre propio, lugar ameno donde se inauguraba el verano, con ese sabor que tenía un día de fiesta entre semana, la semana de seis días de trabajo que hacía que el día, por fin ya largo y caluroso pareciera eterno e intenso a los ojos de unos niños que, si probaban ese día a bañarse, sería sólo hasta los tobillos (bajaba el agua todavía demasiado fría), y la espera hasta el chapuzón de la tarde era desesperante, porque en aquellos días la digestión duraba tres largas horas insoportables en las que hasta la naturaleza guardaba silencio.

Siguen los trabajos en la orillas de los ríos Alfambra y Guadalaviar, un arreglo necesario que ha de devolver la dignidad perdida a un lugar que ha sido escenario de tantos pasajes de la historia de Teruel, desde su fundación hasta tiempos recientes, y que tantos paseantes recorren, no sé si recordando momentos anteriores, históricos o personales, o simplemente respirando tranquilos, sea invierno o verano, en estos tiempos en los que triunfa la idea perversa de que es necesario ir con prisa a todas partes. Otro paréntesis. Me viene a la cabeza la historia de Michael Ende, Momo, en la que pululan por las calles unos hombres grises que trabajan para la Caja de Ahorros del Tiempo.

Al río, es verano. San Pedro y San Pablo, primer día de río. Qué ancho, hondo y caudaloso nos parecía entonces su lecho.

miércoles, 24 de junio de 2009

VIDA INTELIGENTE



Ayer vi en televisión las imágenes del acto de entrega de los premios nacionales de la cultura. Me gustaron los discursos, tan medidos, tan precisos, con la oscuridad necesaria (¿por qué un recuerdo especial para Millás?), la a mi entender precipitación de una ministra tal vez poco rodada en actos de este tipo, y la ironía mal ejecutada del presidente del gobierno aragonés.
No era momento para la ironía (bastó tal vez con la referencia de la ministra a los actos culturales como armas de construcción masiva), y el presidente aragonés, seguramente sin proponérselo, se convirtió en el centro de las suspicacias.
Lástima que esto de
la vida, y vida inteligente no es la primera vez que lo dice en un discurso. Ya lo utilizó en 2006 con motivo de la disputa por los bienes religiosos de la franja oriental, cuando ironizó que los políticos catalanes, con su prepotencia, olvidan que fuera de Cataluña también hay vida inteligente. Por eso, presidente, me parece que usted se equivocó al volver a utilizar esa expresión aquí. Segundas partes nunca fueron buenas, ya lo sabe. Y fuera de su contexto, en un terreno que los poderes públicos abonan con frecuencia como medio ideal para el crecimiento de la suspicacia, menos.
Y el arreglo esta mañana en un acto institucional celebrado en Zaragoza, lo peor. Da la impresión de que usted trajo el discurso preparado, y quien lo redactó echó mano de frases de aquí y de allá. Pero la hemeroteca tiene buena memoria.
De todas formas, bien, muy bien, los discursos fueron muy buenos. Y el acto, impresionante. También los saludos en la Plaza del Torico. Ustedes están ahí porque nosotros estábamos fuera. Al sol.

lunes, 22 de junio de 2009

LA NEVERA




Parece ser que una de las cosas que más nos cuesta reconocer es que la publicidad nos interesa. Nadie admite que siga los anuncios de la tele, la radio, la prensa o las revistas. Pues parece que sí, seguimos la publicidad, que debe de tener su importancia, según cuentan. Hay revistas que envían a sus suscriptores una encuesta de vez en cuando, y les preguntan sobre tal o cual anuncio, o sobre sus hábitos de consumo.
Hace años (muchos, me temo), cuando la electrónica no se había apoderado todavía de nuestras vidas, dicen que las empresas que medían audiencias (rating, share, el cacho de pastel que cada televisión se lleva cada día en una franja horaria determinada) se medía de una forma tan simple como escatológica. Se medía el flujo de los desagües en la red de alcantarillado durante las cortes publicitarias, de manera que así, si subía más o menos el nivel de los desagües por motivos obvios (se aprovechaba para fregar, desbeber o similares), era porque tal o cual programa tenía mayor o menor audiencia. Y todo, a costa de la publicidad, que sería el espacio de tiempo que la audiencia sacrificaba para efectuar tareas tan íntimas como arreglar la cocina y demás. Por eso, crecimos pensando que la publicidad era desechable.

Los publicistas han aprendido mucho, y son conscientes del poder que tienen. Por eso, comentaré dos anuncios que me han dado que pensar. Uno es de un frigorífico capaz de aguantar la comida que el niño no se quiere comer durante tantos días que al final el niño claudica y se lo come. Y le da un buen punterazo al electrodoméstico, como si la culpa fuera suya. Supongo que el anuncio va dirigido a la madre represora, no al niño tiquismiquis.

Otro anuncio, el de una bebida antioxidante para la gente de mi edad. Sale Wickie el Vikingo (qué tardes aquellas) rascándose la nariz, y una voz pregunta: ¿Por qué se rasca la nariz? A) Está resfriado, B) Tiene rinitis, C) Está pensando. Si lo aciertas, te recomienda que ya tienes edad de tomar su producto, necesario para prevenir los desgastes de la edad.
En fin, la publicidad, estos sí que saben. Y que conste: los que sabemos que la respuesta es C) tal vez necesitemos un remedio antioxidante, pero lo cierto es que nos guardaban la comida de un día para otro en la fresquera o en una nevera que hacía dos dedos de hielo y tardaba una eternidad en deshelarse. Y si le llegamos a pegar tal patada al electrodoméstico, nos hubiera faltado calle para correr delante de la zapatilla de nuestra madre.

sábado, 20 de junio de 2009




Las casualidades de la vida. Escribí hace unos días una entrada a propósito de los auxiliares de conversación en lengua inglesa que se han designado para nuestra comunidad autónoma, y me quejaba porque no aparece ni uno destinado a Teruel. Algún bienpensante me dijo que tal vez los candidatos no elegían más que Zaragoza o Huesca para vivir... En fin.

A lo que iba. Casualmente, el viernes, a raíz del atentado terrorista que se llevó la vida de un inspector de policía, me acordé de dos de los auxiliares de conversación (en la jerga de los centros educativos todavía los llamamos lectores) que vinieron de Irlanda del Norte. Ambos, criados en un ambiente republicano, tenían cierta simpatía por el País Vasco, al que parecían asimilar con la situación de Irlanda del Norte, los nueve condados de la isla de Irlanda que pertenecen al Reino Unido, y cuya sangría había afectado a las familias de ambos.

A veces, en mi tarea como persona de acogida de estos estudiantes universitarios que estudian español y pasan un curso académico aquí practicando nuestra lengua, la conversación derivaba hacia esta cuestión, y hablábamos, con la franqueza que otorga la curiosidad. También tuve ocasión de hablar con la madre de uno de ellos, verdaderamente comprometida con la causa irlandesa desde los duros años setenta, y fue interesante conocer de primera mano la evolución de los problemas, que tuvieron unos orígenes concretos y un desarrollo que con frecuencia ha atraído la atención mundial.

Cuando les comentaba el desarrollo que la Constitución española del 78 ha dado a la España de las autonomías, con ejemplos como el cupo vasco (su propio sistema fiscal, que negocian con el gobierno central y que les ha dado alas), la existencia de la policía autonómica con parcelas exclusivas, el grado de independencia del sistema educativo, o el poder de la televisión autnoómia, o las grandes concesiones de los gobiernos centrales y demás cuando los votos de los diputados nacionalistas han sido necesarios para sustentar un gobierno en Madrid, se quedaban asombrados. Está claro que viajar cura los males.

Y me ha venido también a la memoria estos días un libro, Los peces de la amargura, de Fernando Aramburu. Recordando algunos de los relatos de este libro, he podido imaginar la vida de este servidor público y su familia, vascos de Baracaldo. Una buena lectura, muy recomendable para comprender el día a día de tantas familias que guardan silencio, pero que estos días, desde el dolor, ven algo de luz: banderas a media asta en el parlamento vasco, policías vascos, guardia civil y Policía Nacional juntos en la capilla ardiente de Eduardo, transmisión en directo de la manifestación de repulsa en la televisión vasca (por primera vez, parece increíble). Y simpatía por el País Vasco la tenemos todos.

jueves, 18 de junio de 2009

A QUE ME MOSQUEO


Con tanto que se habla de la crisis, hace unas semanas leí el libro de Leopoldo Abadía, La crisis Ninja. Pensarás que no tengo personalidad, pero como escribió un comentario mi amigo José Luis en el blog de la Biblioteca del Chomón al respecto, no pude evitarlo.
Me intrigaba por qué la crisis era Ninja (ah, sí de no income no assets, muy bueno)y deseaba saber algo más. Las subprimes y demás, porque creo que hay que estar informado. No me he atrevido por ahora con otro libro que recomendaba Rubén, otro profesor del Chomón en aquel mismo cuaderno de bitácora, igualmente profundo y espero que aclarador (El crash del 2010, de Santiago Niño Segura).

Viene esto a propósito de una anécdota que relata Leopoldo Abadía. En un viaje al extranjero, uno de sus acompañantes se puso a hablar de España, de esas cosas que nos gustan tanto, y, llevado por el entusiasmo, preguntó a nuestro hombre "oye, ¿cómo se dice en inglés "El Viti torea como los propios ángeles"? Le contestó el experto en crisis también idiomáticas: "eso, en inglés no se dice". Y comenta: "Gracias a Dios, se lo creyó y siguió hablando de cosas más fáciles."

Bueno, pues a ver cómo se dice en inglés "A que me mosqueo". Se admiten apuestas. Y te contaré por qué creo que me voy a mosquear. El Departamento de Educación del Gobierno de Aragón acaba de publicar el listado de las personas de habla inglesa que han sido seleccionadas para trabajar el curso próximo como auxiliares de conversación, y, tachán tachán (otra onomatopeya intraducible, seguro)... no hay ninguno para la provincia de Teruel... Esperaremos a ver si llegan auxiliares de conversación por otros cauces...
A que me mosqueo.

lunes, 15 de junio de 2009

PARCHES


Acabó la Prueba de Acceso a los Estudios Universitarios, y hay quien aguanta la respiración hasta saber la nota final que le permitirá hacer una carrera u otra, si es que ya se tiene decidido lo que se va a hacer el curso próximo. Dependerá de la nota de corte, de la suerte, y en algunos casos de lo que hagan las amistades.
Y la semana pasada, mientras se desarrollaban los exámenes (ambulancia incluida en la puerta), se debatía sobre el nuevo bachillerato. ¿Nuevo? Pues sí, este año hemos estrenado el bachillerato de la LOE (sucesor de las LOCE, LOGSE, LOECE, LODE y la LGE, la de la EGB y el BUP).
Pues bien, este año hemos comenzado nuevo bachillerato, y ya se encargó el Tribunal Supremo de cargarse las intenciones del Ministerio de Educación, que pretendía crear un curso puente que por lo visto no se ajustaba a la ley, y esta semana pasada el debate ha vuelto a venir a cuenta del apaño, qué hacer con quienes deberían repetir, para que no repitan, y demás. Esto del bachillerato es, como la ESO y la Primaria, un (fra)caso, de nuevo tenemos un sistema educativo que nada más nacer anda ya discutiendo lo que hará con quienes no aprueben. Algo falla si tan pronto se preocupan por los parches. ¿Qué dónde está el problema? No lo sé. Pero algo sucede con la ESO.
Un par de ejemplos. Se puede llegar a segundo de Bachillerato sin haber aprobado nunca ni las matemáticas ni el inglés, por poner un ejemplo. Nunca, ni en Primaria, ni en la Eso, ni en primero de Bachillerato, e ir pasando de curso. ¿Culpa de los padres? ¿De los profesores? ¿Del sistema que lo permite? Se puede hacer Bachillerato Tecnológico sin cursar Física en Cuarto de ESO, porque esta materia es optativa en Secundaria, pero será obligatoria en esta modalidad de Bachillerato.
Y ahí seguimos. Con el Bachillerato más corto de Europa, pedimos a nuestros alumnos que den un salto tremendo desde la ESO, educación comprensiva para todos, a unos estudios ya no obligatorios abocados a una prueba final, salvo que vayan a hacer Ciclos de Formación Profesional de Grado Superior, y la enseñanza deja de ser comprensiva para ser ahora compresiva: se comprimen las materias, se exige otra dinámica de trabajo, y viene el fracaso. De hecho, a la prueba de acceso a la universidad llegan el 60% de los alumnos matriculados. Sólo. Pero irá bien, irá bien. Oído al parche.

viernes, 12 de junio de 2009

CREATIVIDAD

Hace días, Julio, un viejo amigo y colega, me envió este vídeo que me gustaría dar a conocer, porque ahora que andamos todos (docentes y más) dándole vueltas a la educación y al papel de la escuela, me ha dado que pensar.


miércoles, 10 de junio de 2009

LECTURA


No hace mucho invitaba a dar un paseo por el blog de la Biblioteca del Instituto Segundo de Chomón, un Paréntesis que muchos hacemos todos los días, a veces de manera inconsciente, aunque sólo sea porque se ha convertido en lugar de paso. Que además, lo es. La biblioteca del Chomón es desde hace tiempo uno de los lugares amenos del centro que invitan a pasar a decir hola, echar un vistazo a la prensa, a las vitrinas de las novedades o la última exposición que luce en sus paneles.

Estoy leyendo estos estos días Las bibliotecas perdidas, una recopilación de artículos de Jesús Marchamalo, y se me ocurre pensar que la del Chomón, para muchos de sus habituales, es una biblioteca encontrada que invita a utilizar sus fondos de forma generosa. Siempre hay alguien buscando un libro, consultando una enciclopedia o navegando por la red.
Por eso, aunque la invitación tenía algo de nocturnidad y alevosía, agradeci poder participar en el concurso de lectura en público del pasado 29 de mayo, en el que participó un grupo de personas (Sara, Aitor, Victoria, Raquel), verdaderos kamikazes que se lanzaron a leer un texto (muy bien elegido, dicho sea de paso) sin apenas tiempo para prepararlo, pues, por diversas circunstancias se decidió participar un poco sobre la marcha. Sí, ya sé, lo importante es participar, pero el año próximo habrá que competir en las dos categorías del concurso e ir a por todas. Y por lo menos, pasarlo tan bien como lo pasamos aquel día.

Sí, pondremos toda la "carne" en el asador. Los que estuvisteis ya sabéis de lo que hablo.;)

(He robado la foto de Gonzalo del blog de la biblioteca del Chomón. Me la debíais. También Fernando).

lunes, 8 de junio de 2009

EL (FRA)CASO ESCOLAR



Se acerca el final del curso, y tal vez toque hacer recuento de lo que ha pasado estos últimos meses en el mundo escolar, que tanto parece preocupar a todos. También a los dirigentes políticos, que cambian el sistema y engendran leyes orgánicas de obligado cumplimiento que veces no se sabe si mejoran, contradicen o simplemente contrarrestan lo articulado en las anteriores, quién sabe si por mero interés o porque nos ha tocado vivir tiempos de grandes cambios que exigen tamaño dinamismo.
En Aragón, algunos cursos de Primaria y Secundaria han realizado pruebas de diagnóstico, un examen de conciencia (no sé si llamarlo feedback) o auditoría interna que pretende corregir el rumbo, plantear nuevas estrategias y sacar conclusiones, vamos, la ‘modificación de la actitud o estrategia inicial en un proceso a partir del análisis de sus resultados’, que no es otra cosa que la definición que da el Diccionario de dudas de feedback, término que propone evitar por innecesario en nuestra lengua. Innecesario el término, que no el concepto.
Está bien que el sistema educativo se someta a examen y reflexione, sobre todo ahora que la ley trata de primar el aprendizaje por competencias: pretende pasar del saber al saber hacer, de aprender a aprender a aprender, algo así como desarrollar en la enseñanza obligatoria las habilidades necesarias para una incorporación satisfactoria a la vida adulta y al mundo del trabajo. ¿Vértigo? Un poco, es verdad.
Por eso, para evitar el mareo, habrá que hacer las cosas bien. O al menos, mejor. Todos. Administración, profesorado, familias, alumnado. Si se dispone de los medios, si éstos se utilizan bien, si hay colaboración y si quienes tienen que aprender, estudiar, formarse, educarse, se comprometen a hacerlo, mejor.
Por eso, en vista de todo el trabajo que (todos) tenemos por delante, cuando aparecen informes o encuestas que revelan el fracaso escolar (que lo hay, y es preocupante), prefiero pensar en el caso escolar. Porque no es cuestión de palabras.