lunes, 27 de julio de 2009

Mapa mudo




Son tantas las virtudes de los paseos urbanos, que cualquier cosa que se diga a propósito del caminar sin rumbo fijo y sin prisas por los rincones de cualquier ciudad, resultará lugar común, camino transitado y gastado que hará que cualquier comentario no deje de ser una obviedad.
Con la llegada de la democracia al mundo de la fotografía, que estos días podemos disfrutar con motivo de la segunda edición del festival Teruel Punto Foto, tras el desarrollo increíble de la fotografía digital, es fácil mantener el recuerdo de cualquier paseo. (Caigo en la cuenta, existe un matiz: sigue siendo dedocracia, las fotos se siguen haciendo a dedo, aunque no falta quien maneja disparadores infrarrojos que permiten evitar el mínimo movimiento de la cámara al disparar).
Y quien salió a caminar sin destino encuentra un lugar en el espacio virtual donde publicar las imágenes que el paseo le ha sugerido. Lo hacen los usuarios de los blogs, los ciberdiarios que han proliferado últimamente y que hacen que la publicación de una noticia o una opinión sea (aparentemente) más flexible, porque el lector puede participar en tiempo real (curiosa expresión, desconozco si existe un tiempo irreal o virtual).
Con otra intención, el propio Diario de Teruel ofrece la posibilidad de registrar la mirada ciudadana, un foro de denuncia más o menos velada, que (a veces, lo positivo se entiende por lo general como una obligación, y rara vez se expresa agradecimientos) también recoge aspectos positivos de la realidad que nos rodea.
Las imágenes hablan por sí mismas en una ciudad que con el paso del tiempo hace y rehace su patrimonio pero que se ha convertido en mapa mudo de su propia historia, como si aquí no se supiera qué ha ocurrido antes. Muchos monumentos carecen de una explicación, unas líneas breves que expliquen a propios y a extraños quién era ese señor, qué hay detrás del nombre de aquella calle, quién realizó tal escultura, quién vivió o nació en tal edificio, y demás. Con un poco de información, el mapa de la ciudad dejará de ser mudo, pasará a ser significativo, y el paseante anónimo tendrá una idea de conjunto: disparará apuntando.



jueves, 23 de julio de 2009

FUEGO



El fuego devora la tierra y hoy ha terminado con la vida de una persona muy apreciada en Teruel.
Aquí al lado esta vez, se adivinaba el humo en la lejanía. Qué miserable se sentía aquella amiga: "parece que las desgracias tienen que pasar cerca para que les demos importancia o nos impresionen".
Furia en la naturaleza, precariedad de medios, promesas, viento que todo lo puede y se ríe de nuestra prepotencia.
Me gustaría ser capaz de escribir un poema o una oración.
Que alguien haga callar a este viento que nos está matando.
Dime, dónde estás cuando la fatalidad nos rodea, tú que hablaste como viento impetuoso.

lunes, 20 de julio de 2009

TEDETÉ


Cómo te explico yo ahora que esto de la tedeté no es cosa de comprar un mando a distancia más que seguramente no sabrás dónde meter y que no encontrarás cuando lo necesites, hasta tal punto que me digas lo bien que estabas tú en los tiempos de los discos dedicados y del UHF, que por enésima vez me recordarás que así era como llamabais en la mili, ese servicio militar obligatorio que os sacaba de vuestra vida, a los calzoncillos que os dieron en aquel CIR desolado a los reclutas recién llegados y bien pelados cuando el temor a la primera noche lejos de casa de los vuestros se os echó encima repentinamente entre los vapores de aquella borrachera que no hubieseis deseado agarrar.
Y las sesiones de cómo-funciona-esto (y qué pequeños tiene los botones y las letras escritas en inglés, siempre en inglés) te han llevado de un lugar de tu memoria a otro. Nos reíamos cuando recordabas a la abuela, que se sentaba frente a la lavadora automática recién estrenada y veía pacientemente sus programas enteros, siempre el mismo capítulo repetido, desde el prelavado hasta el mareo centrífugo del último aclarado, un día tras otro, maravillada ante el advenimiento ansiado de la comodidad que por fin llegaba a su casa, ella que recordaba una y otra vez los fríos que había pasado arrodillada fregando en el río junto al Puente de Hierro, unas veces para su casa, otras veces para otras casas, por unos céntimos, vaya miseria.
Muchos canales nuevos. Dices que algunos no sirven para nada, insistes que se parecen mucho unos a otros, y me confirmas que tú no necesitas tanto, que mucho adelanto no será, si por ver el fútbol vas a tener que pagar, y vuelves a recrearte en aquellos plantones vespertinos en las Cuatro Esquinas, frente a los escaparates de Televox, cuando la euforia de los éxitos deportivos aportaba a vuestra existencia el calor que a todos negaban aquellos inviernos tan fríos dentro y fuera de casa.
Que sí, que se ve mejor, que se oye mejor, que tú no necesitas ver las series o las películas en inglés, que ya tienes radio, que te da lo mismo que se escuchen por la tele emisoras nuevas de las que no habías oído hablar siquiera. Que sí, que lo que quieras, pero ya tenemos encima de la mesa otro mando a distancia que no creo que vaya estar a mano cuando lo necesite.

sábado, 18 de julio de 2009

Armageddon



Siempre he sido muy malo al ajedrez. Creo que algo tiene que ver con la falsa sensación que tenemos las personas aparentemente tranquilas que no sabemos parar, y nos parece que hacer es equivalente a moverse, y no soportamos sostener la mirada pensando cómo vamos a reaccionar.
Afortunadamente, el azar de las lecturas me llevó hace nada a leer Querido Caín, una novela de Ignacio García-Valiño, que entre otros descubrimientos, me ha proporcionado la oportunidad de regresar al mundo de los escaques, toda una manera de ver la vida.
La lectura de las andanzas de este perverso multiforme que relata el autor de la novela, un estudio psicológico tan desconcertante como desconcertado que me atrevo a recomendar, coincidió con las partidas simultáneas de ajedrez que tuvieron lugar durante las Ferias de Teruel previas a la Vaquilla, la fiesta ahora ensombrecida por el debate que se ha abierto en la ciudad de Teruel a propósito de las celebraciones del sábado, la puesta del pañuelico, el alud de gente que desconoce la fiesta, la locura de las barras, la suciedad y demás.
Esta mañana traía de nuevo el Diario de Teruel cartas de ciudadanos, algunos con opiniones ciertamente cualificadas. Desconozco si se puede cuantificar cuántas personas respaldan una carta aparecida en un periódico (hace años decían que cada carta correspondía estadísticamente con la opinión de mil personas, pero todo ha cambiado mucho en el mundo de la comunicación, así que seré prudente), pero pienso que se debería abrir algún foro ciudadano donde se pudiera aportar ideas, realizar críticas, y, en definitiva, cambiar esta situación.
Vuelvo a las partidas simultáneas. El Alcalde de Teruel se ha mojado y se comprometió a solucionar el problema que se le ha planteado, aunque éste no es nuevo, ni tenga que ser la autoridad municipal exclusivamente quien lo resuelva. Como don Miguel Ferrer es aficionado al ajedrez, le toca jugar Armageddon – copio de por ahí: una partida en la que el Blanco tiene que ganar la partida, pero en la que el Negro sólo necesita tablas para ganar. El Blanco tiene más tiempo que el Negro: existen discrepancias sobre los tiempos, pero en los Campeonatos del mundo de la FIDE, las Blancas tienen seis minutos y las Negras cinco.
Ah, y si no, siempre nos quedará Armageddon, la película de Bruce Willis, no sé, no sé.

martes, 14 de julio de 2009

Paréntesis


Es martes.
Habrá a quien (si es que hay alguien que) lea estas líneas, si no vive en Teruel, el sur de Aragón, tal vez le parezca un aviso extraño. He salido a las once de la mañana con el coche, y me ha dado la impresión otra vez de que el servicio de limpieza ha funcionado mejor (mejor es un comparativo, el término de comparación es el funcionamiento de este servicio en años anteriores). La Ronda, intransitable: suciedad, se estaban desmontando peñas que ocupan un carril de la calzada (una de las vías fundamentales de acceso al centro histórico, estoy hablando de las doce de la mañana), y que colapsan la vida ciudadana desde mediados de la semana pasada.
Y estos días de fiesta han pasado cosas en el mundo. El G-8, unos tristes sanfermines, con cuyas imágenes se cebó la televisión (de este morbo hablamos en alguna de las comidas de El Puchero), la muerte de un bebé por un error en un hospital de Madrid, la aprobación de los presupuestos de las comunidades autónomas, se ha hablado de la autovía que unirá Monreal del Campo con Alcolea del Pinar, no queremos que se olvide la A40 hasta Cuenca…
Aquí, la realidad estaba entre paréntesis, un año más. Y a ella regresamos, por eso aviso, es martes.
Se volverá a discutir un año más sobre los ajustes que necesita la Vaquilla… barras, música, horarios, limpieza, ordenanzas ciudadanas. Nos contó el Alcalde en una terraza (se nos agregó mientras esperaba a que lo entrevistara la televisión autonómica y se acercó donde vio gente conocida para matar el rato y no morir achicharrado), que del año próximo no pasa, que se cumplirá la legislación vigente, y que todos saldremos ganando. De acuerdo, alcalde: no te olvides, lo que se promete en fiestas, a la sombra de una terraza que te cobija, es palabra de honor.
Es martes. Tus músculos seguramente te lo estarán recordando. Nos volveremos a ver el año que viene, y a lo mejor no nos tenemos que hablar a gritos.

lunes, 13 de julio de 2009

hilvanado


Hoy, Lunes de Vaquilla, cuando el Ángel de la Plaza hace ya varios días que nos abandonó para disfrutar de sus vacaciones y va a ser difícil comprar la prensa en la ciudad asediada, te felicito por haber sido capaz de encontrar el Diario, o al menos por el interés que has puesto por conseguir este ejemplar, que ya sabes que en la Vaquilla este periódico se acaba pronto. Y no sólo por la cantidad de fotos que trae de los festejos del domingo.
Me contabas (lo habías leído por ahí, pero siempre dices que no recuerdas dónde, como aparentando que lees mucho, tú sí que sabes) que ahora que se puede consultar todo en Internet, tú has vuelto a la pasión por el papel impreso de los diarios. Aseguras que en la red lees sólo cosas relacionadas con lo que estás buscando, y que te apetece encontrarte también con noticias que no esperabas y de paso saludar a la gente por la calle. También al Ángel de la Plaza.
Siempre he pensado que esta de hoy es fiesta dada al recuerdo y a la melancolía, aunque sólo sea porque se acerca el final, o porque ya andas cansado y somos así de puñeteros, siempre pensando en que se va a acabar si lo mejor todavía tiene que venir esta tarde. A mí, me pasaba con los permisos de la mili, que aún no habías dejado el petate en el suelo, cuando ya varios te habían preguntado cuándo te ibas a marchar.
Por eso, me acuerdo de aquel amigo que se tenía que incorporar a su nuevo destino profesional (ya sabes, Teruel, tierra de paso de funcionarios, punto hasta entonces desconocido, ya suena a tópico) un martes de julio, pero como persona previsora que es, decidió venir un lunes, “así sabré dónde tengo que presentarme, calculo el tiempo que me va a costar ir de un sitio a otro, y no me llevaré sorpresas de última hora”, sin saber nada de lo que pasaba aquí. Imagina. El caso es que Teruel le gustó, echó raíces y anda lejos de nuevo, pero tiene parte de su corazón aquí (te lo voy a decir: se le quedó entero aquí), aunque no sé, nunca se lo pregunté, si acabó de entender estos días de fiesta.
Lo digo con frecuencia, hoy no pienses mucho, que queda lo mejor. Y si no lo ves en vivo, porque te quedas en una peña o porque prefieres que te lo cuente Aniceto, tampoco es mala elección. Feliz día.

miércoles, 8 de julio de 2009

Teruel Punto Foto




Me acaba de llegar un correo de la Sociedad Fotográfica Turolense. Pronto se verá por las calles de Teruel el catálogo y el cartel anunciador de los actos que se celebrarán.
Un plan muy interesante, todo un reto que añade frescura a estos días de verano, y que dice mucho de la capacidad de organización, de la imaginación y de la intrepidez (sinónimo de locura tantas veces) de estos amigos.

lunes, 6 de julio de 2009

GIGANTES Y CABEZUDOS





Me cuenta el amiguico, siempre se repite, su repertorio es cíclico, como el contenido de un faldón, que la gente de Teruel capital se encuentra en la calle cada cierto tiempo, con motivo de fiestas, religiosas o seculares, centenarias o nuevas, y que el resto del año andan todos como desaparecidos. Y algo de razón tiene este ideólogo urbano.

Se ha pasado el tiempo volando, comienza la semana de ferias un año más, y quienes vivimos en el centro histórico - especie en peligro de extinción, decía alguien cuando se empezaron a cerrar calles con jardineras y con cadenas de eslabones traidores - conocemos la intrahistoria de la fiesta; la vemos, la oímos, disfrutamos de ella, y vamos aprendiendo a adaptarnos a sus virtudes y a sus defectos, sin perder la esperanza de conseguir que un día se logre el equilibrio que se va logrando alcanzar en otros lugares. Y el equilibrio, que el diccionario define como “situación de un cuerpo que, a pesar de tener poca base de sustentación, se mantiene sin caerse”, se logra con la ayuda de todos, sin que unos carguen sobre ese cuerpo inestable más de la cuenta.

En determinados lugares (no te inquietes, es ciudad de capazos) está mal visto reconocer que el diseño urbano mismo de la ciudad de Teruel - la falta de árboles es nada más que un ejemplo - está condicionado por los tres días de fiesta (en realidad no son tres, hay que echar bien las cuentas), y parece que pedir que de una vez se controle el volumen de las barras de las calles es de mal espíritu festivo, y no faltará la opinión autorizada que pida a quien se muestre partidario del control de quienes mean, cagan, ensucian, molestan o no respetan horarios ni volumen de altavoces, que si no le gusta la Vaquilla, que se vaya esos días. Difícil equilibrio, es verdad, sobre todo cuando la afluencia de gente es masiva, especialmente del sábado al domingo, al que no creo que la ciudad deba renunciar, a base de retrasar una decisión de año en año, como ha ocurrido una vez más.

En fin, todos pensamos lo mismo, seguro. Y quien se vaya, hace bien, si la fiesta, o esta fiesta, así como es, no le gusta, o si aprovecha para descansar, que tampoco es mala cosa. Uf. Releo lo que he escrito, y veo que el Alcabor tiene hoy algo de sermón. Me voy a ver los gigantes y cabezudos, y el lunes que viene, si nos encontramos, te contaré lo que me emociona de estos días.


miércoles, 1 de julio de 2009

Bancos virtuales






Cuenta la crónica urbana del Teruel viejo, la que patea las calles, muchas veces sin rumbo fijo, simplemente por distracción, que estos días, días de recados y capazos, desde primera hora, con la fresca, los bancos que quedan a la sombra en cuanto se eleva el sol, están ocupados durante mucho rato por la mañana por los ancianos que tras el retiro del invierno pasado, largo y particularmente oscuro y húmedo esta vez, buscan con la avaricia de quien sabe vivir la comodidad de los viejos amigos y de los encuentros casuales.
Amenazó una reforma del mobiliario urbano con la instalación de bancos sin respaldo, que tal vez pretendieran buscar una comodidad difícil de entender, y la puerta del Seminario albergó dos bancos de forja, el material tal vez menos indicado para la plaza fría de Teruel, bien al norte, en la que el metal se habría de mostrar impío con quienes los ocuparan.
Y los bancos, imagen de la realidad económica, no eran de fiar. Desaparecieron. Quién sabe dónde estarán: en estos días de capazos y recados, ordeno el disco duro de mi ordenador y los encuentro aquí, en mi realidad virtual.