lunes, 4 de noviembre de 2013

Al tiempo






(Foto: Amparo Hernández Estopiñán)

El puente de Todos los Santos ha caído bien. Eso dicen por aquí, que ha caído bien. 
Tal vez se refieran a lo prolongado del fin de semana, en Teruel capital alargado por la fiesta escolar de hoy, lunes, que obligará a tantas familias a organizarse. Quizá lo digan por el buen tiempo que ha hecho. Bueno por la bondad de la temperatura y el viento blando reinante. De blandura, esa blandura que deshace las heladas en cuanto gira las veletas que hace tanto tiempo decidieron abandonar las predicciones incontestables del Calendario Zaragozano
Ha caído bien, seguro, en vista del número de visitantes que recorrían la ciudad a pie, en coche, serpenteando por el laberinto de la entrada de vehículos al casco histórico, y llenaban terrazas que distraían la vista al paso del tren turístico que se pierde por lugares de la ciudad que ellos jamás habrían visitado. 
Caen bien los puentes, y ahora resulta que habrá que quitar alguno para salvar la productividad de las empresas, olvidando tal vez que unos ganan y producen cuando otros descansan y no producen. De cajón. Recaudación de impuestos, compensación de días peores en tiempo de crisis, esto sí que es solidario. 
Sensación generalizada de que esto se acaba, que hasta la Inmaculada y la Constitución la ciudad vivirá un día a día de atardeceres bastante más silenciosos, dispuesta a soportar el invierno incierto, a la espera del aire este año, que anda la veleta últimamente empeñada en giros veleidosos y desconcertantes. 
Y mientras, tantos vivirán satisfechos de puente a puente en una ciudad convertida en museo que no sabe si debe mirar hacia delante pensando en su futuro, que parece conformarse con ver gente por la calle de cuando en cuando, ofreciendo el servicio de lo inmediato pero marcadamente miope e incapaz de vislumbrar un futuro que, como el aire del invierno que ahora, a la que te descuidas, echa a perder la conserva, nos ha de mecer en una incertidumbre de la que no sabremos a quién culpar. 
Pasaron las infraestructuras de los tiempos de bonanza, nos faltó la persona adecuada en el lugar adecuado, vete tú a saber, y nos pondremos el abrigo del escepticismo que nos vendrá bien para mantener un aparente sano orgullo que tampoco nos ha de servir de algo. 
En fin, el puente ha caído bien. Será porque ha hecho buen tiempo y porque hemos vuelto a ver las calles llenas de gente. Y si te descuidas, como tantas veces, nos volveremos a ver en la Cabalgata de Reyes. Al tiempo.

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