martes, 23 de julio de 2013

Entre unas cosas y otras




Hoy he pasado media mañana haciendo recados, viejo oficio, posiblemente el más antiguo del mundo, junto con aquel de la enseñanza. 
De lado a lado, con la notica de papel en el bolsillo, para mirar a escondidas, que uno no desea perder la dignidad. Ferretería de las de toda la vida, buena atención del dueño, que no deja de sorprenderme: sabe donde está todo en su colmado, busca, te enseña, desprecinta, te lo vayas a quedar o no, y al final, antes de que tú hayas visto el precio marcado a mano en una etiqueta, en la esquina que él no ha necesitado mirar, te dice lo que cuesta. Su mujer me observa, mientras el hombre que me he de encontrar otra vez en la farmacia, le da conversación. 
Llego a la farmacia. Cómo habrá hecho el anciano para llegar antes que yo, si ha salido solo un minuto antes. Lo saludo, comenta su viejo problema con el empleado de la farmacia, y surge la pregunta inevitable. ¿Cuándo tomáis vacaciones? Aún les falta un mes, y suspira el del mostrador: no sé si llegaremos a las vacaciones este año, entre el calor, la faena, y unas cosas y otras. 
Mientras espero, mirando por el rabillo del ojo, le doy vueltas a lo que ha dicho el mancebo. Miro por el rabillo del ojo, digo, porque no es difícil que se me cuelen cuando yo ando empanado de recados, soy tímido y algo despistado, me preocupa no recordar el encargo, y no siempre tengo claro delante o detrás de quién voy. Y le doy vueltas a la palabra mancebo, término que denota la edad de quien la usa, y que por otras acepciones no tan aceptables nos ha obligado a crear un neologismo. Una expresión que suena ya antigua, que está en retirada, vocabulario que delata la edad de quien la utiliza, más que el aspecto. 
Y pienso en el calor, que pasará (en esta tierra, el calor está en franca minoría, es tímido y se le cuelan las nubes y el viento fresco a la mínima), la faena es un lujo que muchos añoran, algo que no volverá a rendir lo que rindió, y el entre unas cosas y otras muchas veces no lo elegimos, es lo que tenemos, y son los mimbres que tejen nuestra vida.

1 comentario:

  1. Amigo Rafa, si usases un smartphone no necesitarías noticas, traidor (nueva palabra que nos dicen ahora: traeme ésto, traeme lo otro....)

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