Te lo diré. El sábado de la manifestación a favor de la Autopía A-40 me decidí a última hora, y eso que desde el principio había decidido participar, como he hecho siempre que se ha convocado a la ciudadanía (qué poco me gusta el uso que le estamos dando a la palabra últimamente).
Decidí bajar de casa sólo a última hora, digo, porque pasé por la plaza de la Catedral varias veces a lo largo de la mañana, y vi que el lugar se iba poblando de banderas, pegatinas y pancartas de partidos políticos y sindicatos, y me dio por pensar que la puesta en escena rompía la unidad de una convocatoria que se deseaba que fuera realmente ciudadana, sin etiquetas.
Me parece respetable que los partidos y los sindicatos se personen (otra palabra de moda) en las manifestaciones, y que otros se abstengan de hacerlo e incluso se sientan agredidos porque crean que “va” contra ellos, que también estuvieron, en su momento, quizá también les convino, que nos conocemos.
Te lo cuento porque me puse (daba el sol, lo reconozco) junto a la fuente, al lado de la carpintería, un poco al margen de los grupos que se iban organizando (si es que no venían ya organizados), y allí había más gente indecisa, que no sabía dónde ponerse, porque no deseaban ir con un grupo o con otro, así que hicimos como en la ofrenda del Pilar: los que no van en grupo organizado, salen al final, y despacico, a cuarenta.
Divide y vencerás, ya sabes.
FELICDADES RAFA, POR TODO EL DERROCHE DE POESÍA E ILUSIÓN QUE PLASMAS EN TU BLOG.
ResponderEliminarCADA VEZ ME GUSTAN MÁS TUS ESCRITOS,TU FINA IRONÍA, TUS JUEGOS DE PALABRAS Y LA CERCANÍA QUE NOS TRANSMITES CUANDO TE LEEMOS.
SGUIREMOS EN CONTACTO A TRVÉS DE ELLOS.
UN SALUDO
CARMEN GARCÍA
Hola, Carmen. Me alegra oírte..., ya sabes. Muchas gracias por tu comentario.
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