Son tantas las virtudes de los paseos urbanos, que cualquier cosa que se diga a propósito del caminar sin rumbo fijo y sin prisas por los rincones de cualquier ciudad, resultará lugar común, camino transitado y gastado que hará que cualquier comentario no deje de ser una obviedad.
Con la llegada de la democracia al mundo de la fotografía, que estos días podemos disfrutar con motivo de la segunda edición del festival Teruel Punto Foto, tras el desarrollo increíble de la fotografía digital, es fácil mantener el recuerdo de cualquier paseo. (Caigo en la cuenta, existe un matiz: sigue siendo dedocracia, las fotos se siguen haciendo a dedo, aunque no falta quien maneja disparadores infrarrojos que permiten evitar el mínimo movimiento de la cámara al disparar).
Y quien salió a caminar sin destino encuentra un lugar en el espacio virtual donde publicar las imágenes que el paseo le ha sugerido. Lo hacen los usuarios de los blogs, los ciberdiarios que han proliferado últimamente y que hacen que la publicación de una noticia o una opinión sea (aparentemente) más flexible, porque el lector puede participar en tiempo real (curiosa expresión, desconozco si existe un tiempo irreal o virtual).
Con otra intención, el propio Diario de Teruel ofrece la posibilidad de registrar la mirada ciudadana, un foro de denuncia más o menos velada, que (a veces, lo positivo se entiende por lo general como una obligación, y rara vez se expresa agradecimientos) también recoge aspectos positivos de la realidad que nos rodea.
Las imágenes hablan por sí mismas en una ciudad que con el paso del tiempo hace y rehace su patrimonio pero que se ha convertido en mapa mudo de su propia historia, como si aquí no se supiera qué ha ocurrido antes. Muchos monumentos carecen de una explicación, unas líneas breves que expliquen a propios y a extraños quién era ese señor, qué hay detrás del nombre de aquella calle, quién realizó tal escultura, quién vivió o nació en tal edificio, y demás. Con un poco de información, el mapa de la ciudad dejará de ser mudo, pasará a ser significativo, y el paseante anónimo tendrá una idea de conjunto: disparará apuntando.