Gracias a los comentarios de algunos periodistas, y particularmente gracias a lo que transmitía Nacho Civera, periodista turolense que se consolida en los diversos medios que ha trabaja, y no tiene desperdicio en las redes sociales (incontinencia tuitera, lo llama Nacho) en las que participa, he seguido desde la lejanía el desarrollo del congreso sobre periodismo digital que se ha celebrado estos días en Huesca.
Algunas de las frases que ha transmitido este congreso no tienen desperdicio, por las cuestiones de fondo que plantean, y como no me gusta contar películas que no he visto (además de que soy muy malo contando películas o resumiendo libros), te recomiendo acudir a las fuentes. Por ejemplo, #congresohuesca y mejor todavía @nachocivera, en Twitter. Una buena reflexión, sana, adecuada, irónica a veces, para quienes nos preocupa el futuro (y el presente, las cosas como son) de los medios de comunicación: las ideologías frente a las ideas, la pereza a la hora de pensar de quienes buscan ahí lo que deben pensar en vez de información que les forme un criterio, el sentido común, la libertad… Y todo esto en tiempos de crisis, cuando mantener una empresa informativa y distribuir papel no es fácil, si es que alguna vez lo ha sido.
En fin, reflexiones útiles y necesarias, seguro, que vivimos al minuto, y comprobamos que realmente vivimos en un mundo tan pequeño. Basta recordar la elección del Papa: esta vez los medios han ido más rápidos incluso que los creadores de souvenirs de la Via della Conciliazione de Roma, que a la mañana siguiente ya tenían los escaparates llenos de la imagen entre aturdida y expectante del Papa Francisco.
Ahora es barato, y cómodo, suscribirse a prensa digital, o descargar sin piedad los contenidos de internet. Eso seguro que preocupa a los medios de toda la vida, también a los que aparecen ahora, no olvidemos que todo esto en el fondo es un negocio, de nec otium: todo lo que no es ocio. Aquí no te puedes parar.
El formato de la información ha cambiado. ¿Recuerdas el revuelo alrededor del quiosco de la plaza del Torico a eso de las diez de la mañana, cuando llegaban los periódicos en días señalados? Lo mismo sucedía en la Biblioteca Pública, cuando los lectores, movidos por un reflejo condicionado capaz de permitir estudiar y mirar con el rabillo del ojo al mostrador, dejaban libros y apuntes para pillar la prensa a media mañana y quedarse con las yemas de los dedos de aquella tinta pringosa.
Ahora andamos con la vista fija en un teclado, en una pantalla que nos ha de consumir la vista, cada vez más pequeña, y el riesgo es que el atractivo ya no es solo la información, sino el ocio, la evasión, crear la necesidad de vivir en una burbuja que nos haga creer que solo lo nuestro, lo cercano, lo inmediato, importa, tal vez porque no podemos, o no queremos, tampoco vivimos tan mal, cambiar el mundo.
Ahora andamos discutiendo otros que recibir prensa en papel no es un lujo para los centros de enseñanza. Ahorrar ese gasto (irrisorio, seguro, visto lo visto) es recortar una necesidad o un derecho, nunca un lujo. Habrá que discutir en todo caso qué prensa se adquiere, local, regional, nacional, y qué medios, según el presupuesto. Pero nunca eliminar. Ahí estamos, a la greña por seguir recibiendo prensa en los centros educativos. Si te parece un lujo, o que es cosa de profesorado perezoso que aprovecha para leer el periódico, date una vuelta por algún colegio o instituto, y que te cuenten lo que llevan años haciendo con los medios de información.
Con la educación, como con el uso de los medios, me quedo con lo que recogió Nacho en uno de sus tuits en el trend topic (nada que ver con tópicos, te lo aseguro) del congreso de Huesca: Al final queda claro que lo mejor en Twitter sale de la combinación de Libertad + Sentido Común.
Con mayúsculas, como debe ser.
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