viernes, 12 de marzo de 2010

Cumpleaños feliz

No me tengo por persona nostálgica, y por eso, en determinadas fechas, aniversarios y demás, no me he atrevido a contar mis sentimientos, pues la pobreza de las palabras habría sido pobre de solemnidad.
Hoy, las palabras robadas, esa magia de las lecturas que enhebran nuestras vidas sin darnos cuenta, hace que encontremos en lo que alguien dejó escrito aquello que siempre hubiéramos deseado saber decir.
Me ha pasado hoy, repasando uno de esos recortes viejos que guardamos hasta que amarillean y olvidamos por qué los guardamos precisamente ahí.

Copio:
"La muerte de alguien empuja el tiempo de su vida hacia el pasado. Cuando uno va cumpliendo años, ese pasado de los que se han ido empieza a ser el suyo. Con cada muerte sucesiva una parte de la propia vida se va quedando más lejos, y uno descubre con gradual estupor que tiene recuerdos muy claros de cosas que para muchos otros, más jóvenes que él, están al otro lado de la frontera misteriosa del nacimiento."

Pepe Esteban hubiera cumplido hoy cincuenta y cinco años. Cifra redonda. Las casualidades de la vida llevaron hace unos días a Quique a comentar una entrada de esta bitácora con vocación de mesa de camilla, y encontré en su blog nacido con vocación familiar fotos de la Vaquilla de hace años, tal vez porque intuí que ahí encontraría el recuerdo de mi hermano. No hace mucho (no sé si miento, ya hace casi un año) me encontré con Jesús Puerto, ocupado en la preparación del sonido de un salón de actos (a Jesús siempre te lo encuentras tabajando, así se las apaña), y me habló también de él (nada que ver con aquel Día de la Bicicleta en el que Pepe pasó en las Cuatro Esquinas un buen rato micrófono en mano diciendo "nos comunican que se ha perdido el niño Jesusín Puerto, si alguien lo encuentra, es fácil reconocerlo..."). Nacho Navarro también me felicitó una vez por un acontecimiento personal recordándome lo que Pepe se habría alegrado, algo que a mí no se me había pasado por la cabeza, pero que la memoria amiga descubre.

Lo siento, esto de la mesa camilla lleva a hablar más de lo que uno desearía. Debe de ser cosa del gradual estupor que rodea el recuerdo de nuestros muertos.
Ah, la cita es de Antonio Muñoz Molina, un autor de aquella generación. Tal vez por eso gran parte de la atmósfera de El jinete polaco me pareció fiel espejo de lo que yo veía de niño en la adolescencia de los que ahora median la cincuentena.

3 comentarios:

  1. Yo también cumplo años estos días y el pasado, mi pasado, empieza a perderse por uno de esos arrabales del infierno que cada vez conoce menos gente,si cierro los ojos veo a mi abuelo cortándome el pelo, ese recuerdo es sólo una sombra, la mía, que se adelgaza 32 veces, gracias Rafa por enseñarnos a habitar el reino de la nostalgia.

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  2. Felicidades, amiguico. Te envío este regalo de Muñoz Rojas:

    Papeles viejos
    de mis estantes,
    decidme vuestros secretos.

    Los ha escrito
    con su tinte amarillento
    y su pluma de ave vieja,
    el tiempo

    Maestros,
    decidme vuestro saber
    - oro viejo.

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  3. Palabras robadas.

    "que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje la miel o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
    ... // ...
    Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
    ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!"

    Marzo 20 de 1915. Amado Nervo.

    Plantó las más bellas rosas...
    La vida podía haber sido más generosa dejandole disfrutar la fragancia de sus frutos...

    Un nostálgico.

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