jueves, 25 de marzo de 2010

IMPOSIBLES (XVIII)


Seguimos con la confusión de las señales y las rotondas. Subiendo del Óvalo, el conductor ve a la izquierda la entrada al parquin de la Glorieta, que ofrece acceso a los vehículos que bajan, de ahí que su fe en las señales de tráfico le haga seguir: en algún punto le indicarán cómo girar para llegar hasta allí. Ve una rotonda al fondo, y la señal es clara, giro a la izquierda y ya está. Y ya está liada: laberinto de calles que le devolverán en diez minutos a esta misma rotonda, si es que en la plaza Bretón no ha decidido saltarse alguna dirección prohibida, a la vista de la calle de San Juan, ahí mismo, que le llevaría a otro parquin en unos segundos... Si no imposible, sí difícil. Bastaría con indicar en la señal que se trata de hacer un giro. En fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario