viernes, 11 de junio de 2010

IMPOSIBLES (XIX)




Muestra esta pared un imposible que habitualmente pasa desapercibido (siempre tendrá un coche aparcado ahí mismo), y el paseante, dotado de la lentitud elefantina característica que permite pensar además de andar a quienes no tienen muchas luces, no apreciará el motivo de tal inclinación, de manera que el agua de esta bajante, canalera, desagüe (desaugue al decir de alguno), tubería con forma de paralelepípedo o como quiera que se llame, habrá de someterse al capricho chapucero de quien tal vez desde el principio supo que la cosa no iba a quedar bien, y no se molestó en acercarse hasta ahí mismo a buscar una sierra, una radial o similar que demostrara que el tamaño sí importa.

Canalera, bajante o como se llame: me niego a caer de nuevo en la erudición del diccionario de la que habla Luis Landero en su Retrato de un hombre inmaduro , verdadero compendio de las manías que siembran su obra anterior, y que me está haciendo sonreír en días de ruido, preocupaciones y sinsabores:

"...eruditos de diccionario... es decir, el que rebusca, expolia, al que roba la flor para lucirla en el ojal. El chulo de putas del diccionario. El que no hay frase que no deje algunas palabras de propina."

Prevención: Landero, unas líneas más abajo, abomina de las citas. Andaré con cuidado: "¡Ah, las citas! ¿Quién no tiene veinte o reinta frases memorables, ases en la manga, tinta de calamar, uña de alacrán, palo de ahorcado, sagrado al que acogerse, pata de conejo, sonajas mágicas...? Y, en último extremo, ahí está la cultura china o el filósofo griego, de los que todos llevamos alguna participación, como en la lotería de Navidad."

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