Menos paciencia tuvo este vecino, que harto, y tal vez por encontrarse en lugar menos poético que el amigo de la merienda del perro de la calle del Rincón (ver Manónimo II), se lanza a la amenaza: que se atenga a las consecuencias... ¿de que lo pillen? ¿de haber meado? ¿Se trata de un simple aviso, como advierten las mayúsculas? ¿Es un intolerante? ¿Está harto del botellón? ¿Sale gratis mear en la calle o en los portales?
Mi acompañante, el de la lengua materna/paterna del otro día, alucinó al llegar a casa, después de haber buscado en el diccionario el significado de marrano. No entendió nada, y recurrió al cine en un correo electrónico que me envió para expresarme sus sentimientos. Me decía que esto de entender los carteles era "micción imposible". Ahora ando intentando explicarle que ante e, i, la letra ce no se pronuncia ese.
Nota. Me recomienda un cultureta amigo que, puestos a hacer la gracia con los errores de los hablantes extranjeros, aconseje leer La tesis de Nancy de Ramón J. Sender. Hecho.
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